El espacio de trabajo es el lugar en el que más horas pasamos a lo largo del día. Que este resulte confortable, esté ordenado y perfectamente limpio es, por tanto, imprescindible para que cualquier trabajador pueda desarrollar su actividad en las mejores condiciones de comodidad e higiene.

Un asunto, el de la higiene laboral, al que todas las empresas deberían otorgar una importancia máxima, si tenemos en cuenta su incidencia directa en los niveles de motivación, satisfacción y productividad de los empleados.

Y no solo por eso, ya que está demostrado que la limpieza en el lugar de trabajo resulta fundamental para evitar la propagación de alergias, y ha cobrado más importancia que nunca para impedir la infección por coronavirus, formando parte clave del protocolo COVID en las empresas. Las medidas de higiene sirven por lo tanto, para reducir tanto el número de bajas laborales como la duración de estas.

Además, tal y como apuntan algunos estudios, la limpieza es el aspecto al que más importancia dan los empleados a la hora de valorar su espacio laboral por encima de factores tan importantes como el ruido, el orden o la iluminación.

Por todo ello cualquier compañía debería contar con un protocolo de limpieza diligente capaz de mantener las instalaciones impolutas, tanto antes del inicio de la jornada laboral, como durante la misma.

Medidas básicas de higiene en el trabajo

Un buen protocolo de limpieza en oficinas debe constar de dos partes:

  • Una dirigida a los trabajadores, a quienes se les debe exigir el respeto de unas normas básicas de convivencia e higiene personal durante el desarrollo de su actividad.
  • Otra en la que se recojan las pautas de actuación que deben seguirse para mantener las instalaciones limpias y en las mejores condiciones de higiene posibles.

Entre las normas básicas de higiene que deben respetar los empleados destacan:

Lavarse las manos con regularidad

Pasamos el día tocando cosas propias y ajenas. Incluso las personas más escrupulosas no pueden evitar entrar en contacto con millones de gérmenes, bacterias o posibles virus a lo largo del día. Por ello es importantísimo lavarse las manos con regularidad durante la jornada laboral.

Según las autoridades sanitarias el lavado debe realizarse siempre con jabón, frotando por todas las partes, incluyendo por dentro de las uñas, y durante no menos de 20 segundos.

Utilizar gel hidroalcohólico

No siempre es posible lavarse las manos. Por eso se recomienda llevar siempre encima un botecito de gel hidroalcohólico que impida la acumulación de bacterias en las manos.

Llevar su propia vajilla al trabajo

Resulta materialmente imposible saber si los platos, los vasos y los cubiertos que están en la cocina del trabajo han sido lavados diligentemente. La única forma de estar 100% seguro es recurriendo a una vajilla personal y asegurarse de que esta está siempre perfectamente limpia.

Contar con un servicio de limpieza profesional

Mantener las instalaciones comunes limpias y en perfecto estado es una norma básica de convivencia y una obligación, como mínimo moral, para cualquier trabajador.

Además de reclamar una conducta responsable a sus trabajadores, la empresa debe ser capaz de garantizar la máxima limpieza e higiene en sus instalaciones.

Para ello no solo debe contar con un servicio de limpieza profesional, sino también dedicar parte de sus esfuerzos a revisar diariamente que el protocolo de limpieza e higiene se cumple a rajatabla.

Algunos de los aspectos más básicos que debe recoger este protocolo son:

Limpieza de las instalaciones

Toda empresa está obligada a mantener sus instalaciones limpias y en perfecto estado para el desarrollo de la actividad laboral que allí se desarrolla.

Especialmente de las más delicadas, como las cocinas y los baños, que junto a aquellas en las que se acumulan más desperdicios, deben ser atendidas con frecuencia a lo largo de la jornada.

En estos días, es recomendable ir un poco más allá y optar por la esterilización de superficies cada cierto tiempo, para una completa garantía de desinfección y eliminación de un posible virus.

Desinfección de zonas de trabajo y objetos de uso diario

La mejor manera de garantizar la eliminación total de cualquier virus y/o bacteria de los escritorios y de objetos de uso diario como el teclado, el teléfono o los pomos de las puertas es desinfectándolos, como mínimo, antes del inicio de jornada.

Garantizar la distancia de seguridad entre empleados y para con clientes

Colocar los escritorios con una distancia superior al metro y medio entre ellos, evitar las reuniones concurridas en salas pequeñas y durante demasiado tiempo o disponer de mamparas en los mostradores de atención al público son medidas que evitan la propagación de cualquier virus dentro de las instalaciones y, por tanto, que deben implementarse.

Presencia de dispensadores de gel hidroalcohólico

Contar con botes de gel hidroalcohólico a la entrada de las instalaciones, en cada departamento y, sobre todo, en aquellos lugares en los que se tiene contacto directo con clientes es otra medida básica de higiene que debe constar en el protocolo.

Disponer de un buen sistema de ventilación

No menos importante es contar con un buen sistema de ventilación que impida la acumulación de gérmenes en interiores.